La situación económica precaria puede llevar a muchas personas a no poder cumplir con sus deudas, lo que genera angustia debido a las constantes llamadas de acoso y cartas de cobro. Una solución viable en estos casos es declararse insolvente en España. A continuación, te explicamos de manera clara y sencilla cómo hacerlo.
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La insolvencia, en términos simples, significa que una persona no puede afrontar sus obligaciones financieras, es decir, sus deudas. La Ley de la Segunda Oportunidad, un recurso legal, permite a las personas insolventes eliminar sus deudas de manera segura y completamente legal. La insolvencia puede ser actual, inminente o probable, y se define en la Ley Concursal de la siguiente manera:
1-Insolvencia actual: Cuando una persona no puede pagar sus deudas regularmente y tiene impagos.
2-Insolvencia inminente: Cuando se prevé que no se podrán cumplir las obligaciones de pago en un futuro cercano.
3-Insolvencia probable: Cuando es previsible que, sin un plan de reestructuración, no se podrán cumplir las obligaciones que venzan en los próximos dos años.
No se requieren requisitos particulares para declararse insolvente en España. La clave es demostrar que la insolvencia es genuina y no estratégica. Esto se logra proporcionando documentación detallada sobre ingresos, gastos, deudas y patrimonio. Ser insolvente significa tener más deudas que activos y superar la capacidad de endeudamiento. La Ley de la Segunda Oportunidad considera que, en esta situación, la única opción es renegociar o cancelar las deudas.
En España, tanto personas físicas como jurídicas pueden declararse insolventes. Los particulares y autónomos se acogen a la Ley de la Segunda Oportunidad, mientras que las empresas siguen el proceso de concurso de acreedores. En general, hay dos formas de declaración:
1-Deudor se declara insolvente: El deudor debe justificar su estado de insolvencia, proporcionando documentación adecuada.
2-Acreedor declara la insolvencia: El acreedor debe demostrar la insolvencia del deudor mediante documentación, como sentencias de juicio monitorio, impagos o embargos pendientes.
En la mayoría de los casos de la Ley de la Segunda Oportunidad, es el deudor quien se declara insolvente y debe probarlo.
Si no puedes pagar tus deudas, la Ley de la Segunda Oportunidad ofrece una solución. Aprobada en 2015 y reformada en 2022, esta ley permite a las personas insolventes reestructurar sus deudas de manera completamente legal y segura, similar a cómo lo hacen las empresas. Las ventajas de esta ley son notables:
Reducción o eliminación de deudas: A diferencia de las reunificaciones, esta ley permite reducir o eliminar las deudas sin acumular nuevos intereses bancarios.
Detención de embargos: Puede detener todos los embargos, proteger la vivienda habitual, cancelar deudas con Hacienda y la Seguridad Social, y eliminar tu nombre de los registros de morosos.
Fin de las llamadas de acoso: Una vez completado el procedimiento, dejarás de recibir llamadas de acoso y las deudas no podrán reclamarse nuevamente. Durante el proceso, no podrán embargarte ni aumentar tus deudas.
En Debify, somos expertos en la Ley de la Segunda Oportunidad con más de 15 años de experiencia en la cancelación de deudas. Nuestro equipo de abogados con formación en derecho bancario y concursal está listo para ayudarte. Llámanos al 932209453 para una consulta gratuita y sin compromiso, y juntos encontraremos la mejor solución para tus deudas.
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