Cuando una persona deja de pagar un préstamo, una tarjeta de crédito o cualquier otro tipo de obligación financiera, la duda más común es: ¿realmente me pueden obligar a pagar esa deuda?
La respuesta no siempre es tan sencilla. Dependerá de si la deuda es legítima, de si el deudor reconoce lo que debe, de su capacidad económica y de las vías legales que el acreedor utilice para reclamar. A continuación analizamos las situaciones más habituales y qué consecuencias tiene cada una para pagar una deuda.
¿Qué pasa si no estoy de acuerdo con la deuda?
Es frecuente recibir una reclamación con la que no se está conforme:
- porque ya se pagó lo reclamado,
- porque la cantidad no coincide con lo pactado,
- o porque directamente no se reconoce la obligación.
En estos casos, no conviene ignorar la reclamación. La ley permite al deudor oponerse para no pagar una deuda, pero debe hacerlo de manera formal y dentro del plazo correspondiente.
Normalmente, estas reclamaciones llegan a través de un procedimiento monitorio. Si presentas oposición, tendrás que aportar pruebas que demuestren que la deuda no existe o que es incorrecta.
- Si el juez entiende que tienes razón, no estarás obligado a pagar.
- Si no logras probarlo, la deuda será considerada válida y se dictará resolución para su pago.
Respuesta rápida: Si no estás de acuerdo con pagar una deuda, puedes impugnarla ante el juzgado, pero debes justificarlo con pruebas.
¿Y si reconozco la deuda pero no quiero pagarla?
En el caso de que admitas la existencia de la deuda y tengas capacidad económica para afrontarla, pero decidas no pagar, el acreedor puede iniciar una reclamación judicial.
Si el juez le da la razón, se emitirá una resolución que te obligará a pagar. Si aún así no cumples, el acreedor podrá solicitar el embargo de tus bienes y derechos.
Esto incluye:
- Nómina o pensión (respetando los límites de inembargabilidad).
- Cuentas bancarias.
- Vehículos, inmuebles o cualquier otro bien registrado a tu nombre.
En pocas palabras: sí te pueden obligar a pagar una deuda, incluso a través del embargo de tu patrimonio.
Respuesta rápida: Si reconoces que debes pagar una deuda y no lo haces, el juzgado puede ordenar el embargo de tus bienes hasta saldarla.
¿Qué ocurre si no tengo bienes para embargar?
Cuando una persona carece de patrimonio embargable se dice que es insolvente. En ese escenario, aunque la deuda siga existiendo, no se puede ejecutar de manera efectiva hasta que el deudor disponga de bienes o ingresos.
Sin embargo, esto no implica que la obligación desaparezca:
- El acreedor puede seguir reclamando,
- incluir al deudor en ficheros de morosidad,
- y vigilar sus movimientos económicos para actuar en cuanto surja un bien embargable.
Esto se debe al artículo 1911 del Código Civil, que establece la responsabilidad patrimonial universal: el deudor responde con todos sus bienes presentes y futuros.
Respuesta rápida: Si no tienes bienes, no podrán embargarte de momento, pero la deuda seguirá existiendo y podrán reclamarla en el futuro.
La Ley de la Segunda Oportunidad: una salida real
Para quienes arrastran deudas imposibles de pagar, existe un mecanismo legal llamado Ley de la Segunda Oportunidad. Este procedimiento, siempre que se cumplan ciertos requisitos, permite cancelar deudas de forma definitiva.
Algunas de sus ventajas principales son:
- Suspende y paraliza embargos en curso.
- Permite salir de registros de morosos.
- Brinda la posibilidad de empezar de cero en el ámbito financiero.
Eso sí, solo pueden acogerse quienes actúen de buena fe y demuestren que realmente no tienen capacidad de pago.
Respuesta rápida: La Ley de la Segunda Oportunidad puede cancelar deudas si cumples los requisitos, ofreciendo un nuevo comienzo financiero
Conclusión
Entonces, ¿me pueden obligar a pagar una deuda?
- Si no la reconoces, puedes impugnarla, pero deberás demostrarlo.
- Si la reconoces y no pagas, el acreedor podrá embargar tus bienes.
- Si no tienes nada a tu nombre, la deuda seguirá pendiente y podrán reclamártela cuando tu situación cambie.
- Si estás sobreendeudado, la Ley de la Segunda Oportunidad puede liberarte legalmente de tus obligaciones.
En definitiva, no pagar una deuda no significa que desaparezca. Siempre habrá consecuencias legales o patrimoniales, pero existen mecanismos de defensa y soluciones legales según cada caso.
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