Si alguna vez te has visto involucrado en procesos legales, es probable que hayas escuchado la frase "necesitas un abogado y un procurador". Sin embargo, ¿qué es exactamente un procurador y cuáles son sus responsabilidades? Es crucial comprender tanto la definición de un procurador como las diferencias clave entre esta figura y la del abogado.
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Un procurador es un profesional licenciado en Derecho que representa a su cliente en los procedimientos judiciales. Su función principal radica en actuar como el representante legal del cliente ante el juzgado. Esto implica recibir notificaciones judiciales relacionadas con el caso y presentar los escritos pertinentes. Es importante destacar que, aunque los escritos sean redactados por el abogado, es el procurador quien los encabeza en calidad de representante.
En la jurisdicción civil, la intervención del procurador es obligatoria en la mayoría de los procedimientos, a excepción de casos específicos como el Juicio Verbal con una cuantía inferior a 2.000 euros. Mientras que en la vía penal, su presencia es necesaria en situaciones como la presentación de querellas. En la jurisdicción contencioso-administrativa, se requiere la participación del procurador en juicios cuya cuantía supere los 30.000 euros.
Aunque tanto el abogado como el procurador están involucrados en la representación legal de un cliente, sus roles y funciones difieren significativamente. El abogado brinda asesoramiento legal y defensa al cliente, mientras que el procurador se encarga de representarlo ante el juzgado. Estas profesiones son complementarias pero no intercambiables, ya que cada una tiene responsabilidades específicas que no pueden ser asumidas por la otra.
Por ejemplo, el procurador no puede realizar actividades propias del abogado, como el interrogatorio de testigos o la formulación de conclusiones. Del mismo modo, el abogado no puede suplir la ausencia del procurador en una vista judicial, lo que podría resultar en consecuencias adversas para el cliente, como ser considerado incomparecido por el tribunal.
Para que un procurador pueda representar adecuadamente a su cliente, es necesario otorgarle un poder legal. Esto puede hacerse a través de un poder notarial, obtenido en una notaría y designando al procurador específico, o mediante un apoderamiento apud acta, realizado directamente ante el juzgado o tribunal correspondiente. Cada método tiene sus requisitos y procedimientos específicos, pero ambos son fundamentales para garantizar la representación adecuada del cliente en el proceso judicial.
En Debify, contamos con una red de procuradores especializados distribuidos por toda España. Estos profesionales desempeñan un papel crucial en nuestros procedimientos legales, encargándose de la entrega y recepción de documentos y notificaciones judiciales. Su labor es fundamental para asegurar que nuestros clientes reciban el asesoramiento y la defensa legal más efectivos en casos de ley de segunda oportunidad y concurso de acreedores.
En conclusión, comprender el papel y las funciones de un procurador es esencial para navegar eficazmente por el sistema judicial. Su colaboración con el abogado garantiza una representación legal integral y efectiva para el cliente en todos los procedimientos legales.
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Debify ASLP SL, CIF: B42718080, inscrita en el Registro Mercantil de Barcelona, Hoja 557512, Tomo 47626, Folio 58, Inscripción 1 . Carlos Guerrero Martin, Director Legal inscrito como Mediador en el Ministerio de Justicia.