Cuando una persona recibe una multa elevada y no puede afrontarla, es habitual que surja la pregunta: “¿y si me declaro insolvente para no pagarla?”. La respuesta no es tan sencilla, ya que la ley establece límites muy claros sobre qué sanciones se pueden cancelar y cuáles no. En este artículo te explicamos qué ocurre con las multas si no puedes pagarlas y cómo funciona la Ley de la Segunda Oportunidad en estos casos.
¿Qué pasa si no pago una multa por falta de dinero?
En España, nadie puede declararse insolvente por decisión propia. Aunque coloquialmente se use esa expresión, lo cierto es que la Administración siempre podrá reclamar el importe de la multa a través de un embargo. Esto significa que, aunque el deudor afirme no tener recursos en el momento, la deuda sigue vigente y la autoridad tiene el derecho legal de exigir su pago en cuanto existan bienes, ingresos o cualquier tipo de patrimonio embargable, garantizando así el cumplimiento de las obligaciones económicas establecidas por la ley.
Esto se debe al principio de responsabilidad patrimonial universal (artículo 1911 del Código Civil), que obliga al deudor a responder con todos sus bienes presentes y futuros. Este principio implica que ninguna persona puede eludir sus obligaciones económicas simplemente alegando falta de recursos, ya que la deuda permanece vigente en el tiempo. En la práctica, esto significa que aunque hoy no tengas patrimonio, la deuda seguirá pendiente y se ejecutará cuando dispongas de bienes o ingresos embargables. Es decir, si en el futuro recibes un salario, una herencia o adquieres propiedades, la Administración podrá embargar esos activos hasta cubrir la totalidad del importe adeudado, más los intereses y recargos acumulados.
¿Se pueden cancelar las multas con la Ley de la Segunda Oportunidad?
La Ley de la Segunda Oportunidad es un mecanismo legal pensado para personas en situación real de insolvencia. Permite cancelar gran parte de las deudas siempre que se cumplan ciertos requisitos. El proceso se conoce como Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI).
Sin embargo, no todas las multas son exonerables.
- No se pueden cancelar: las sanciones penales y las multas administrativas muy graves.
- Sí se pueden cancelar: la mayoría de multas administrativas y deudas derivadas de sanciones económicas leves o moderadas.
Gracias a esta ley, muchas personas pueden liberarse de deudas que, de otro modo, les arrastrarían a una situación de embargo permanente.
Entonces, ¿qué opciones tengo si no puedo pagar mis multas?
- Negociar un fraccionamiento o aplazamiento con la Administración para pagar poco a poco.
- Revisar si puedes acogerte a la Ley de la Segunda Oportunidad y lograr la cancelación total o parcial de tus sanciones y otras deudas.
- Asesorarte con profesionales especializados, ya que cada caso requiere un análisis jurídico y económico detallado.
Conclusión
Declararse insolvente por sí mismo no evita pagar una multa. Sin embargo, la Ley de la Segunda Oportunidad abre la puerta a cancelar ciertas sanciones y deudas cuando existe una insolvencia real. Este mecanismo legal ofrece una vía regulada y supervisada por los tribunales, que permite demostrar la imposibilidad objetiva de hacer frente a las obligaciones económicas. Con el acompañamiento adecuado, es posible dejar atrás los embargos y recuperar la tranquilidad financiera. Además, la ley busca brindar una nueva oportunidad a las personas honestas que han sufrido una situación económica adversa, ayudándolas a comenzar de nuevo sin la carga de deudas inasumibles y reconstruir su estabilidad económica y personal.
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