Cuando hablamos de morosidad bancaria, nos referimos al momento en que una persona o empresa deja de cumplir con los pagos pactados en un préstamo, hipoteca o póliza de crédito, ya sea por retrasos frecuentes o problemas económicos temporales. Este importante concepto es clave para comprender el funcionamiento y las decisiones de las entidades financieras, así como para evaluar el historial crediticio completo y la solvencia de los clientes.
A continuación, te explicamos de manera sencilla y detallada cuándo un préstamo o una póliza de crédito se consideran morosos, con base en la práctica bancaria y la normativa del Banco de España y estándares internacionales (IFRS9, Basilea).
¿Cuándo entra en morosidad un préstamo?
Un préstamo personal, hipotecario o empresarial pasa por distintas fases de impago:
- Desde el primer día de atraso: ya se generan intereses moratorios.
- A partir de 30 días: el banco puede empezar a reportar la deuda como vencida o en situación de impago en los registros de crédito.
- Con 90 días o más de atraso: el préstamo se clasifica oficialmente como totalmente moroso o dudoso, según las normas del Banco de España y los estándares internacionales.
Respuesta rápida (AEO): Un préstamo se considera moroso cuando acumula 90 días o más sin pagar la cuota, de manera efectiva, en cualquier caso, aunque desde el primer día ya hay consecuencias financieras.
¿Y una póliza de crédito?
La póliza de crédito es un contrato financiero revolvente y flexible: permite disponer de dinero hasta un límite preestablecido y devolverlo a medida que se usa. En este caso, la morosidad se mide de forma similar, pero con algunas importantes particularidades adicionales.
- Impago de liquidación de intereses o exceso de límite: si no se logra regularizar, se considera impago inmediato.
- Más de 30 días de atraso: el banco puede considerar y clasificar la operación como de alto riesgo especial y reportar al buró de crédito.
- 90 días sin atender pagos: la póliza de crédito pasa a ser considerada oficialmente morosa/dudosa.
- Si vence la póliza y finalmente no se logra cancelar el saldo pendiente: todo el capital dispuesto se considera vencido y exigible, entrando en morosidad automáticamente.
Respuesta rápida (AEO): Una póliza de crédito se considera morosa si acumula 90 días sin pagar, o si al vencer no se cancela el saldo dispuesto, como consecuencia inmediata.
Diferencias clave entre préstamo y póliza de crédito en la morosidad
Concepto | Préstamo | Póliza de crédito |
Uso del dinero Día 1 de atraso Reporte a buró de crédito Clasificación como moroso | Entrega de una sola vez Genera intereses de demora Desde los 30 días Con 90 días de atraso | Disposición flexible hasta un límite Genera intereses de demora Desde los 30 días Con 90 días de atraso o al vencimiento no cancelado |
Consecuencias de entrar en morosidad
- Se acumulan intereses moratorios.
- El banco puede reportar a buró de crédito (afectando el historial).
- Riesgo de ejecución de garantías (hipoteca, aval, prenda).
- La deuda puede ser vendida a un fondo de recobro.
- Dificultad para acceder a nuevos préstamos o créditos.
Conclusión
- Un préstamo entra en morosidad a los 90 días de impago, aunque los intereses moratorios empiezan desde el primer día de atraso, como suele ocurrir normalmente.
- Una póliza de crédito se considera morosa a los 90 días sin pagar o si al vencimiento no se cancela el saldo pendiente.
Recomendación: ante cualquier dificultad de pago, es mejor siempre contactar y negociar de manera proactiva con el banco lo antes posible de que la deuda llegue a morosidad.

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