Las preocupaciones sobre el embargo de la nómina y la cuenta bancaria son comunes cuando se tienen deudas. ¿Pero te pueden embargar la nómina y la cuenta bancaria? A continuación, te lo explicamos.
Cuando se ejecuta un embargo de nómina, una parte de tu sueldo se retiene. Aunque no pueden embargarte por debajo del límite del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pueden embargar parte de tus ingresos por encima de esa cantidad. Cuanto mayor sea tu sueldo, más podrán retener.
Es importante destacar que, aunque tu nómina esté embargada, tu cuenta bancaria también puede estar sujeta a embargo simultáneamente. Esto podría ocurrir si tienes deudas con dos acreedores distintos, ya que una nómina no puede ser embargada por las deudas contraídas con diferentes acreedores.
Sí, es posible que el mismo acreedor embargue tanto tu nómina como tu cuenta bancaria. Sin embargo, existen matices fundamentales a considerar.
Las reglas para el embargo de nómina establecen porcentajes de retención según la cuantía de tus ingresos. Estos porcentajes varían en función del importe:
La primera cantidad adicional, equivalente al doble del SMI, se retiene un 30%.
Para la cantidad adicional que alcance el triple del SMI, la retención asciende al 50%.
Cuando la cantidad adicional llega a ser cuatro veces el SMI, la retención se eleva al 60%.
En caso de que la cantidad adicional alcance cinco veces el SMI, la retención aumenta al 75%.
Toda cuantía superior a 5 veces el SMI, se retiene un 90%.
Esto, a menos que el embargo proceda de una pensión de alimentos, en cuyo caso el Juez determinará la cantidad a embargar.
La parte de tu sueldo que no se embargue se depositará en tu cuenta bancaria, la cual no puede ser embargada. Sin embargo, si en tu cuenta hay dinero proveniente de otras fuentes, como un préstamo de terceros, este dinero podría ser embargado por el mismo acreedor.
Además, cualquier cantidad de dinero que acumules en tu cuenta, aparte de tu sueldo mensual, también podría estar sujeta a embargo.
Si deseas evitar embargos o eliminarlos, en primer lugar, debes saldar la deuda. Cuando la deuda se paga, desaparece la posibilidad de ser embargado.
Otra opción es negociar, cuando sea factible, con el acreedor que te ha embargado para fraccionar el pago de la deuda.
Si ninguna de estas opciones es viable, considera la posibilidad de acogerte a la Ley de la Segunda Oportunidad.
La Ley de la Segunda Oportunidad es un mecanismo legal que permite a personas insolventes cancelar total o parcialmente sus deudas. Una de sus ventajas clave es que, desde el momento en que se presenta la solicitud, se prohíben nuevos embargos y se suspenden los embargos existentes. Así, además de cancelar deudas, puedes evitar embargos mientras dure el procedimiento.
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